DE QUE VA LA ETICA

DE QUE VA LA ETICA

(Esapitulo 1:  ETICA  PARA AMADOR  de Fernando Savater)

AGOSTO 18 de 2017

Nos habla sobre el conocimiento, la voluntad, y la libertad.

Se argumenta que los seres humanos no somos capaces de saberlo todo, por lo que debemos elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. Por el contrario hay cosas que debemos saberlas para sobrevivir; como por ejemplo: saltar de un sexto piso no es bueno para salud y atenta con nuestra vida.
Entre todos los saberes posibles, existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. Saber lo que nos conviene es decir, distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir.

En tal sentido los seres humanos podemos inventar y elegir a nuestra voluntad, en parte nuestra forma de vida, podemos optar, equivocarnos, etc., a pesar de nuestra programación biológica y cultural. El arte de vivir es lo que llamamos ética. El poder elegir, es la principal diferencia que tenemos con otras especies que se encuentran programadas naturalmente para sus vidas. Bajo esta premisa podemos decir que somos seres libres, no estamos obligados a hacer una sola cosa.
La libertad no es una filosofía, sino, es un movimiento de la conciencia que nos lleva en ciertos momentos, a pronunciar sí o no.
Nos habla que ciertas cosas nos convienen y otras no. Y él se refiere a ciertas cosas que no nos conviene si queremos seguir viviendo. Él llama a las cosas que nos convienen "buenas" porque nos sienten bien, y a las que nos sientan mal las llamamos "malo". Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir. También nos habla que hay algunas cosas que pareciéndonos buenas pueden ser muy perjudiciales para nosotros.

Los hombres tenemos diferentes formas de pensar y por lo tanto el criterio de lo bueno y lo malo no puede nunca llegar a ser el mismo para todo el mundo. El hombre a diferencia de los animales es un ser racional al que se le da la opción de elegir y por lo tanto de equivocarse. Un animal tiene una vida programada por la naturaleza, y no tiene más remedio que cumplirla. En cambio, los hombres nacemos libres, tenemos una vida por delante que debemos construir nosotros mismos.

No podemos ser libres de elegir lo que nos pasa, si no libres de responder a lo que nos pasa de tal o a cuál modo. Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo libertad que la omnipotencia. Por ello cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podemos obtener de nuestra libertad. También es verdad que el medio en el que nos desarrollamos tiene mucha influencia en nuestra vida y en lo que consideramos bueno y malo.

Las ideas centrales del texto son:

  • No es necesario saberlo todo para vivir, es más, lo mejor es aceptar lo mucho que imaginamos
  • Se puede vivir de muchas maneras, aunque hay muchos modos que no dejan vivir: y conviene saber cuáles son. Y a eso que nos conviene lo llamamos bueno porque nos sienta bien.
  • El problema surge cuando queremos distinguir entre lo que nos conviene y lo que no, porque no siempre la frontera está clara.
  • Saber vivir no es tan fácil: si vivimos para los demás, sería una actitud noble. Pero más útil es que los demás vivan para uno.
  • Ese es un problema que sólo nos planteamos los humanos, los animales no viven ni bien ni mal, viven y punto. Porque los animales no son libres, están programados para hacer lo que hacen, están determinados.
  • Nosotros también lo estamos ni tenemos en cuenta el lenguaje, las tradiciones, hábitos, etc. Todo esto hace que seamos previsibles, aunque siempre quede un hábito de sorpresa, de libertad, que haga que cambiemos el rumbo de nuestros actos.
  • Lo bueno es que la libertad no nos permite hacer cualquier cosa, pero tampoco nos obliga a hacer una sola cosa.

  • No somos libres de elegir lo que nos pasa, de una manera o de otra.

  • Somos libres para intentar hacer algo, eso no implica el conseguirlo.

  • Somos más conscientes de lo que limita nuestra libertad misma que de la libertad misma. Porque la postura de la libertad no es nada fácil: implica elegir por eso implica tomar decisiones, equivocarnos, aprender de los errores
En resumen el texto nos deja en claro, que todos tenemos la libertad de opción, de elegir y de seguir ampliando nuestro conocimiento día a día, construyendo nuestras propias vidas. Por esto cuanto más capacidad de decisión y acción tengamos mayores resultados tendremos de nuestra libertad. Esto dependerá también de nuestra cultura, educación, tradiciones, hábitos y formas de comportamientos y de lo qué es bueno y qué es malo para cada persona. Es lo que nos hace seres únicos, individuales.

Es esencial para nosotros como futuros Cosmetólogos y esteticistas, reconocer lo anterior, que cada uno es único y libre para tomar sus propias decisiones, nos hace ser conscientes que en el día estaremos a situaciones donde tendremos que elegir, optar, o decidir, qué es lo mejor o más adecuado para nosotros, como también para nuestros pacientes, familia y comunidad.


COMPLEMENTO  AL ANALISIS DEL TEXTO
Agosto 25 de 2017

Entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible:

PREMISA 1 :

El de que ciertas cosas nos convienen y otras no.

No nos convienen ciertos alimentos ni nos convienen ciertos comportamientos ni ciertas actitudes.

Me refiero, claro está, a que no nos convienen si queremos seguir viviendo.

Si lo que uno quiere es reventar cuanto antes, beber veneno puede ser muy adecuado o también procurar rodearse del mayor número de enemigos posibles.

Pero de momento vamos a suponer que lo que preferimos es vivir: los respetables gustos del suicida los dejaremos por ahora de lado

De modo que ciertas cosas nos convienen y a lo que nos conviene solemos llamarlo “bueno” porque nos sienta bien; otras, en cambio, nos sientan muy mal y a todo eso lo llamamos “malo”.

CONCLUSION A LA PREMISA 1

Saber lo que nos conviene, es decir, distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir – todos sin excepción – por la cuenta que nos trae.


PREMISA 2:

Como he señalado antes, hay cosas buenas y malas para la salud:

Es necesario saber lo que debemos comer, o que el fuego a veces calienta y otras quema, así como el agua puede quitar la sed pero también ahogarnos.

Sin embargo, a veces las cosas no son tan sencillas: ciertas drogas, por ejemplo, aumentan nuestro brío o producen sensaciones agradables, pero su abuso continuado puede ser nocivo.

En unos aspectos son buenas, pero en otros malas: nos convienen y a la vez no nos convienen.

En el terreno de las relaciones humanas, estas ambigüedades se dan con mayor frecuencia.

La mentira es algo en general malo, porque destruye la confianza en la palabra – y todos necesitamos hablar para vivir en sociedad – y enemista a las personas; pero a veces parece que puede ser útil o beneficioso mentir para obtener alguna ventaja

O incluso para hacerle un favor a alguien. Por ejemplo: ¿es mejor decirle al enfermo de cáncer incurable la verdad sobre su estado o se le debe engañar para que pase sin angustia sus últimas horas? La mentira no nos conviene, es mala, pero a veces parece resultar buena.

Buscar gresca con los demás es por lo común inconveniente, pero ¿debemos consentir que violen delante de nosotros a una chica sin intervenir, por aquello de no meternos en líos?
CONCLUSION A LA PREMISA 2:

Por otra parte, al que siempre dice la verdad – suele cogerle manía todo el mundo; y quien interviene como si fuera Indiana Jones para salvar a la chica agredida es más probable que se vea con la crisma
rota que  quien se va silbando a su casa. Lo malo parece a veces resultar más o menos bueno y lo bueno tiene en ocasiones apariencias de malo.

PREMISA 3:
Lo de saber vivir no resulta tan fácil porque hay diversos criterios opuestos respecto a qué debemos hacer. En matemáticas o geografía hay sabios e ignorantes, pero los sabios están casi siempre de acuerdo en lo fundamental.

En lo de vivir, en cambio, las opiniones distan de ser unánimes

Si uno quiere llevar una vida emocionante, puede dedicarse a los coches de fórmula uno o al alpinismo; pero si se prefiere una vida segura y tranquila, será mejor buscar las aventuras en el videoclub de la esquina.

Algunos aseguran que lo más noble es vivir para los demás y otros señalan que lo más útil es lograr que los demás vivan para uno.

CONCLUSION A LA PREMISA 3:
Según ciertas opiniones lo que cuenta es ganar dinero y nada más, mientras que otros arguyen que el dinero sin salud, tiempo libre, afecto sincero o serenidad de ánimo no vale nada.

Médicos respetables indican que renunciar al tabaco y al alcohol es un medio seguro de alargar la vida, a lo que responden fumadores y borrachos que con tales privaciones a ellos desde luego la vida se les haría mucho más larga. Etc.

PREMISA 4:

En lo único que a primera vista todos estamos de acuerdo es en que no estamos de acuerdo con todos.

Pero fíjate que también estas opiniones distintas coinciden en otro punto: a saber, que lo que vaya a ser nuestra vida es, al menos en parte, resultado de lo que quiera cada cual.

Si nuestra vida fuera algo completamente determinado y fatal, irremediable, todas estas disquisiciones carecerían del más mínimo sentido.

Y así llegamos a la palabra fundamental de todo este embrollo: libertad.

los animales (y no digamos ya los minerales o las plantas) no tienen más remedio que ser
tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer.

Por mucha programación biológica o cultural que tengamos, los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no este en el programa (al menos que no este del todo)

podemos decir "si" o "no" "quiero" o "no quiero".

Por muy achuchados que nos veamos por las circunstancia, nunca tenemos un solo camino a seguir sino varios.

Cuando te hablo de “libertad” es a esto a lo que me refiero. A lo que nos diferencia de las termitas y de las mareas, de todo lo que se mueve de modo necesario e irremediable.        

Cierto que no podemos hacer cualquier cosa que queramos, pero también cierto que no estamos obligados a querer hacer una sola cosa y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad

Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres y en tal país, padecer un cáncer o ser atropellados por un coche, ser guapos o feos, que los aqueos se empeñen en conquistar nuestra ciudad, etc.) sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o resignados, vestirnos a la moda o disfrazarnos de oso de las cavernas, defender Troya o huir, etc.).

Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente.

No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible).

Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad.

Soy libre de querer subir al monte Everest, pero dado mi lamentable estado físico y mi nula preparación en alpinismo es prácticamente imposible que consiguiera mi objetivo.

En cambio soy libre de leer o no leer, pero como aprendí a leer de pequeñito la cosa no me resulta demasiado difícil si decido hacerlo.

Hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso es ser libre) pero no todo depende de mi voluntad (entonces sería omnipotente), porque en el mundo hay otras muchas voluntades y otras muchas necesidades que no Controlo a mi gusto.

Si no me conozco ni a mí mismo ni al mundo en que vivo, mi libertad se estrellará una y otra vez contra lo necesario.

Pero, cosa importante, no por ello dejaré de ser libre... aunque me escueza.

En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos o enfermedades hasta tiranos.

Pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo, nuestra fuerza.

Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma.

Te dirán: «¿Libertad? ¿Pero de qué libertad me hablas? ¿Cómo vamos a ser libres, si nos comen el coco desde la televisión, si los gobernantes nos engañan y nos manipulan, si los terroristas nos amenazan, si las drogas nos esclavizan, y si además me falta dinero para comprarme una moto, que es lo que yo quisiera?» En cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres.

En el fondo piensan: «¡Uf! ¡Menudo peso nos hemos quitado de encima! Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra...» Pero yo estoy seguro de que nadie -nadie- cree de veras que no es libre, nadie acepta sin más que funciona como un mecanismo inexorable de relojería o como una termita.

CONCLUSION A LA PREMISA 4.

Uno puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es muy difícil (entrar en una casa en llamas para salvar a un niño, por ejemplo, o enfrentarse con firmeza a un tirano) y que es mejor decir que no hay libertad para no reconocer que libremente se prefiere lo más fácil, es decir esperar a los bomberos o lamer la bota que le pisa a uno el cuello.

Pero dentro de las tripas algo insiste en decirnos: «Si tú hubieras querido...»


CONCLUSION DEL TEXTO

En resumen: a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.





























Biografía Fernando Savater







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